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El Real Patronato y FASOCIDE se unen por la integración de las personas sordociegas


02/11/2016

La Federación de Asociaciones de Personas Sordociegas de España, en colaboración con el Real Patronato sobre Discapacidad, ha celebrado dos cursos para facilitar vías comunicativas y evitar el aislamiento de las personas sordociegas con respecto a sus familias y a la sociedad.

Federación de Asociaciones Personas Sordocoegas de España

El pasado viernes, 28 de octubre, finalizaron los cursos para el desarrollo personal y profesional de las personas sordociegas organizados por la Federación de Asociaciones de Personas Sordociegas de España (FASOCIDE) en colaboración con el Real Patronato sobre Discapacidad, que llevaron por título ‘¿Quieres aprender a comunicarte con nosotros?’ con el fin de ampliar el espectro comunicativo de estas personas con discapacidad tanto auditiva como visual y contribuir a su plena integración .

La realización de los cursos tuvo lugar en el País Vasco y Aragón durante seis semanas que comenzaron el pasado 19 de septiembre y terminaron este viernes. Para la profesora de Aragón, Carmen González, “las personas sordociegas no signantes, con ambas discapacidades congénitas o desarrolladas a lo largo de su vida tanto simultáneamente como en momentos distintos, cuentan a veces con un entorno familiar que apenas puede comunicarse de forma gestual o al tacto”, detalló.

Esta decisión de cooperar juntos por las personas sordociegas que se materializó el pasado mes de abril pretende dar respuesta a la carencia de recursos en las vías comunicativas de las personas con estas dos discapacidades y se centra en fomentar y propiciar canales a fin de evitar el aislamiento de las personas sordociegas con respecto a sus familias y la sociedad. Así, mediante la realización de estos cursos-talleres para personas del entorno no sólo se orientó hacia su plena integración en la sociedad sino que se presentaron nuevos conocimientos de este colectivo en el plano receptivo y comprensivo.

El programa se dividió en cinco módulos (sordoceguera, sistema de comunicación, familia, asesoramiento y derivación sobre ayudas técnicas y recursos para las personas sordociegas), entre los que destacaron el apartado ‘Aspectos sociales y culturales’ y el segundo módulo donde se trataron los sistemas alfabéticos, los no alfabéticos o signados, los basados en la lengua oral o en los códigos de escritura; en definitiva los sistemas de comunicación más frecuentes como la lengua de signos táctil y a distancia y el alfabeto dactilológico en la palma de la mano; así como recursos de apoyo y el papel del guía-intérprete.

Los principales temas que se trataron han sido la presentación en sociedad, la familia, el ocio y tiempo libre y conversaciones cotidianas. Por otro lado, se han practicado diferentes técnicas de guía teniendo en cuenta a los usuarios de bastón roji-blanco (que es el que usan las personas sordociegas a diferencia del completamente blanco de las personas únicamente ciegas) y/o de perro-guía. Una de las piedras angulares del curso y por las que se interesaron especialmente los familiares fue el riesgo de “sobreprotección” al que está sometido este colectivo y que repercute en la autonomía personal de las personas sordociegas.

Según fuentes de la organización los resultados obtenidos han sido muy positivos debido al gran interés observado en los participantes a la hora de poner en práctica lo aprendido. También aseguran que la asistencia ha sido plena y la motivación muy elevada. La metodología basada en la práctica y participación incluyó actividades lúdicas para favorecer la asimilación además de estar dirigida a un número máximo de diez participantes para favorecer la interiorización.

Los encargados de realizar estos talleres fueron profesionales especialistas en Lengua de Signos Española. Atendiendo a las necesidades particulares de cada participante, las seis semanas se desarrollaron con mucha satisfacción por ambas partes y los alumnos expresaron la necesidad de que continúe la formación con más cursos como éstos. Según Raquel Alba Martín, profesora que impartió las “clases” en el País Vasco “la mayoría de los alumnos son familiares que desean que no haya barreras entre la persona sordociega y ellos pero también se acercan los profesionales como los cuidadores-acompañantes que quieren profundizar y desarrollar sus conocimientos”, explicó.